El robo del siglo. La reventa de las pinturas confiscadas por los nazis

Buenos Aires, Septiembre de 1998. N° 65.

Con la organización en 1926 del departamento artístico del Partido Nacionalsocialista Alemán, se inició una de las historias más trágicas de la apropiación del arte por un poder político. En 1933, apenas nombrado Hitler canciller, designó a Joseph Goebbels como Ministro de Educación y Propaganda. Desplegando la “eficacia” de los regímenes autoritarios, este último elaboró un plan de “regeneración cultural”, que incluyó quemas de libros y confiscaciones de obras de arte pertenecientes a los judíos y a todos los demás perseguidos por el régimen. 

El 19 de julio de 1937 se realizó, en Munich, la exposición de Arte Degenerado, que reunía todo el acervo de la pintura moderna: los impresionistas, Vincent van Gogh, Kandinsky, Picasso y Mondrian, entre otros. Años más tarde, las 21 mil obras confiscadas a las familias judías de los países ocupados durante la Segunda Guerra fueron guardadas en un depósito de Berlín y catalogadas por el experto Hans Wendland, el marchand más importante del régimen nazi, y por Hermann Göring, comandante en jefe de la Fuerza Aérea alemana y coleccionista de arte. 

Desde Berlín las obras fueron transportadas a la ciudad suiza de Lucerna, que se convirtió en el centro de subastas en las que fueron vendidas a coleccionistas norteamericanos y puestas nuevamente en circulación en el mercado de arte. En primer gran remate, realizado el 30 de junio de 1939, el art dealer Theodor Fischer bajó el martillo en 40 mil dólares por un Autorretrato de van Gogh. El comprador era un testaferro de Maurice Wertheim, un coleccionista norteamericano irónicamente de origen judío.

Más de medio siglo después de la caída del Tercer Reich, la octogenaria Lili Gutmann, cuyos padres fueron víctimas del Holocausto, inició acciones legales para recuperar el Paisaje con Chimeneas de Edgar Degas, que tras una intensa búsqueda fue encontrado en 1995 formando parte de la colección de Daniel Searle, un empresario de una compañía farmacéutica residente en Chicago. El “caso “Degas” terminó el pasado 13 de agosto con la mediación del Art Institute de Chicago, que había asesorado a Searle en la compra de la obra. El acuerdo consistió en la adquisición del cuadro por parte del instituto a ambas partes, eludiendo resolver cuál de ellas es su propietaria legítima. Paisaje con Chimeneas se exhibirá por primera vez públicamente el próximo 9 de octubre. 

Luego del caso Gutmann, los museos norteamericanos están revisando sus colecciones para identificar obras de arte que pudieran provenir de los saqueos nazis. La idea de crear un fondo de resarcimiento económico, similar al que los bancos suizos han acordado a las víctimas del holocausto, no ha prosperado. El presidente de la Asociación de Galerías de Arte de los Estados Unidos quiere incluir la mediación de un tercero en las disputas por compras realizadas durante la Segunda Guerra Mundial. Por su parte, el director del National Jewish Museum de Washington propone crear un fondo con aportes voluntarios de toda la comunidad artística. La iniciativa no ha tenido, hasta ahora, una acogida entusiasta entre los marchands norteamericanos, que en su mayoría no se sienten responsables por lo ocurrido antes, durante y después de la guerra.

POR LAURA BATKIS