Luis Fernando Benedit. Memorias Australes. Desde el Río de la Plata hasta el Canal del Beagle

Texto en el libro “Luis Fernando Benedit. Memorias Australes. Desde el Río de la Plata hasta el Canal del Beagle”, Ediciones Philippe Daverio, Milano, New York, Buenos Aires, 1990. (Con textos de Enrique Molina y Jorge Glusberg)

Hubo un tiempo, en el Gran Tiempo de los orígenes, en el que el hombre mantenía relaciones insospechadas con el universo. Una época en la que la condición humana participaba de una existencia más completa. Pero un día el cielo se tornó lejano, y se quebró la antigua armonía. El hombre comenzó a vivir, desde entonces, con la nostalgia del Paraíso. 

Dicen que Fernando Benedit, siguiendo una costumbre de Macedonio Fernandez, su tío-abuelo, se levanta todas las mañanas y, mirando el horizonte infinito del Mar Dulce, pregunta: ¿Qué hacés, Cosmos?.

Cuando Benedit cruza las aguas del río de La Plata para ir a Colonia del Sacramento, emprende la búsqueda del “otro lugar”, la posibilidad de recuperar la proximidad entre el Cielo y la Tierra. Porque, en el mundo del artista, la playa de Ferrando es mucho más que una localidad geográfica; es otro viaje.

Es un paréntesis con su entorno familiar y cotidiano que le provee el argumento de su repertorio formal que, en este caso, proviene de su memoria personal, memoria del verano.

Liberado de la luz artificial del taller, pinta al aire libre. Sus acuarelas se aclaran, aparecen nuevos colores, pero siempre a partir de un equilibrio entre lo conceptual y la captación del dato sensible; una construcción meditada donde cada elemento es apoyado y subrayado por los demás componentes del lenguaje plástico.

Los ojos del pintor piensan y seleccionan imágenes con las que establece un vínculo afectivo: su familia, su casa de madera, el recuerdo de un perro caniche. Ideas fijas, que aparecen dentro de un paisaje que funciona como un anclaje o telón de fondo donde reinserta sus imágenes recurrentes. De este modo, inventa nuevas relaciones entre las cosas, armonías paralelas. Es un mundo fragmentado, reducido; el recorte de una realidad.

Pero Colonia es también un río compartido que nos hermana a través de una misma cultura. De alguna manera, en la costa uruguaya Benedit sigue dibujando los contornos de una identidad rioplatense.

POR LAURA BATKIS