Marcelo Zanelli – Centro Cultural Ricardo Rojas

Nº18. Octubre – Diciembre 1995.

Bajo el título de Flores, Marcelo Zanelli exhibe una muestra individual en la galería de arte de la Universidad de Buenos Aires. Zanelli (1963) es becario de la Fundación Proa. Esta institución está llevando a cabo un proyecto iniciado en mayo del año pasado, que consiste en la creación de un taller de arte para artistas jóvenes. La dirección de la beca está a cargo de Guillermo Kuitca, colaborando también Lucas Fragasso en el apoyo teórico.

Junto con la formación y la capacitación profesional, el becario obtiene, durante un año, el espacio físico para trabajar, es un taller donde también se encuentra la sede de la Fundación. Mediante un llamado a concurso y previa selección de un jurado, quedó establecido un grupo de veintinueve artistas, de los cuales cinco son fotógrafos.

Zanelli construye sus obras a partir del encuentro azaroso de algunos objetos que, de pronto, llegan a sus manos, con la curiosa incertidumbre que producen los hechos casuales. En este caso sus “flores” están hechas con una serie de discos de vinilo viejos que le fueran dado como regalo al artista por un amigo suyo. El mundo de la música no le es ajeno a este autor, dado que es integrante de los “Suárez”, una banda de rock nacional. Estos discos son sometidos a un proceso de hervor en agua caliente, para después ser doblados, moldeados y finalmente pintados con esmalte sintético. De este modo, los discos cobran una blanda apariencia biomórfica. Zanelli se apropia de la imaginería fantástica de la gráfica infantil y de la tradición del dibujo animado que caracteriza a la filmografía de Walt Disney. 

Esto se traduce en sus paisajes con árboles de ramas entrelazadas, pintados con la frescura extraña de gamas disonantes. El conjunto adquiere una atmósfera acaramelada de pátinas y veladuras, trabajadas con capas espesas de barniz brillante. La alusión a la decoración lujosa de cierto gusto de raigambre popular se enfatiza, en algunos casos, por el uso de papel metálico como soporte de sus representaciones. 

Zanelli recurre a la aproximación empírica del artista hacedor, que privilegia la manualidad, recortando y pintando con pequeños gestos de formatos reducidos. Apela a la emotividad del espectador que se corresponde con las sensaciones más primarias e inmediatas, como la ternura, el afecto y la sensibilidad que razona con la certeza visceral de la condición humana.

POR LAURA BATKIS