Ruth Benzacar – La marchand que elevó los precios de Berni y Pettoruti en los mercados neoyorquinos

Jueves 4 de junio de 1998.

Responsable del “fenómeno Berni”, logró que ese gran artista rosarino fallecido en 1981 se convirtiera en el argentino más cotizado del mundo al vender, en 1995, Desocupados (enorme temple sobre arpillera pintado en 1934) en 800 mil dólares. Y luego habría otros Berni. Defensora como se dice del arte local hace más de treinta años, ahora integra el comité de la Feria de Arte de Miami, que acaba de reunirse en Chicago para organizar la proyección de la producción nacional en el exterior. 

Acaba de volver de Estados Unidos la galerista Ruth Benzacar (64), que marcó un buen récord profesional con la venta de El morocho maula, pintura de Emilio Pettoruti, en 517.500 dólares, durante la subasta de la británica Christie’s en Nueva York, el 28 de mayo. También estuvo en la Feria de Arte de Chicago, donde nuevos artistas como Donald Judd y Tony Cragg alcanzaron cotizaciones de hasta 300 mil dólares por obra, algo que “antes sucedía sólo con los grandes maestros”. Se trata de la misma marchand que, más allá de sus éxitos, juzga que “todavía falta para que el arte argentino se consolide en esos mercados”. 

PREGUNTA: -Fue desconcertante que en la primera noche de Sotheby’s dos cuadros de Berni ni siquiera alcanzaron la base de remate. ¿Qué pasó?

BENZACAR: -Esto puso de manifiesto que si no están los compradores argentinos defendiendo la obra, no tenemos el espacio internacional que nos corresponde. La primera noche fue muy mala para todo lo que estaba expuesto. Había una pareja argentina que me avisó que vendría a efectuar esas compras y yo les reservé lugar, pero tuvieron un inconveniente y no pudieron ni dejar la oferta hecha ni llegar a la subasta. Al día siguiente fueron a Christie’s y yo compré para ellos (porque ellos prefieren mantener un perfil bajo) el Juanito Laguna dormido, de Antonio Berni, el cuadro de Guillermo Kuitca y otro del brasileño Daniel Senise. Y esta segunda noche de Christie’s sí fue buena para todos: así son las subastas. Hay otro factor con el que yo discrepo, que es la sobreoferta: desde el principio dije que cuatro Berni con precios altos en 48 horas era una exageración. 

P: –Después del auge de Berni en 1995-97, ¿cómo es que quedaron ahora obras sin vender, sin que la cancillería o un privado pague al menos su base para proteger su cotización internacional?

B: –Yo estuve tan sorprendida por lo que pasó que no me animé a comprarlo. Me quedé frenada. Después del remate, Sotheby’s recibió gran cantidad de ofertas, y sé que vendió el Juanito dormido, por supuesto que a un precio menor que el de la base, y creo que también se vendió la Ramona en el café concert. Por lo tanto, lo que estaba en cuestión no eran las obras. Fue el destino de esa noche. La prensa acá exageró un poco, porque no nos olvidemos que esa primera noche se vendió La mañana verde, de Wifredo Lam, en más de un millón de dólares.

P: –¿Y qué diferencia hay entre comprar una obra de arte en una galería o en una subasta?

B: –El mundo de la subasta es fascinante: se parece a un casino. Adquirir en una galería una obra es casi un gesto solemne, que tiene que ver con una decisión y un lapso de reflexión más ligado al “tiempo del arte”. La subasta es otro mundo, genera una adrenalina más ligada al consumo y el descarte, como cuando la bola dice: “¡Negro el quince!”.

P: –En la segunda noche de Christie’s se vendieron las tres obras que usted llevó: Susana y el viejo, de Berni, un cuadro de Alfredo Hlito y El morocho maula, de Emilio Pettoruti, en 517.500 dólares. ¿Lo considera, como ya se dice, un récord? 

B: –Curiosamente, yo me he especializado en los récords de Pettoruti, a pesar de ser un artista al que no represento. Como mi trabajo se basa en la confianza, la gente que me dio el Pettoruti confió en la galería a través del tiempo y de cierta cantidad de gestiones. Susana y el viejo también fue una muy buena venta (lo compró el empresario Costantini), sobre todo considerando que es un cuadro pequeño en comparación con otros de Berni.

P: –Fuera de la calidad, ¿qué es lo que hace falta para que el arte argentino se consolide en los mercados globalizados? 

B: –Hace falta que los coleccionistas importantes de Latinoamérica empiecen a incorporar el arte argentino. Así como Eduardo Costantini compra una obra del cubano Wifredo Lam, se necesita que un mexicano o un cubano compre un Berni, y que cuando se remate su obra haya cinco, seis, siete extranjeros peleándose por adquirirla. Y eso todavía no sucede. A lo que aspiro, si Dios me ayuda y sigo envejeciendo bien, es a dejar colocados internacionalmente a algunos artistas argentinos. Ese es mi sueño. 

Cuadros de Antonio Berni vendidos en galerías y en remates

Posicionamiento en cinco años

1994 “Domingo en la chacra”, (1945/71). Óleo sobre arpillera, 210 x 400 cm. Vendido en galería Ruth Benzacar a 413mil pesos. Comprado por: Amalia Lacroze de Fortabat.

1995 “Desocupados” (1934). Temple sobre arpillera, 218 x 300 cm. Vendido en galería Ruth Benzacar a 800mil pesos. Comprado por: coleccionista privado argentino (se reserva el anonimato).

1996 “La orquesta típica” (1940/75). Oleo sobre tela, 198 x 290 cm. Vendido en galería Ruth Benzacar a 250mil  pesos (precio especial acordado por la familia y la galería). Comprado por: Secretario de Cultura de la Nación, Pacho O’Donnell, para cederlo al Museo Nacional de Bellas Artes.

1996 “Los emigrantes”  (1956). Oleo sobre tela, 300 x 190 cm. Vendido en subasta Christie’s a 552.500 dólares. Comprado por: coleccionista privado francés.

1997 “Juanito bañándose entre latas” (1974). Óleo y collage sobre madera, 145 x 100cm. Vendido en subasta Christie’s a 170mil  dólares. Comprado por: coleccionista privado argentino.

1997 “La gallina ciega” (1973). Óleo y collage sobre madera, 160 x 200 cm. Vendido en subasta  Christie’s a 607.500 dólares. Comprado por: Amalia Lacroze de Fortabat.

1997 “Ramona espera” (1962). Óleo y collage sobre madera, 200 x 300 cm. Vendido en subasta Sotheby’s a 717.500 dólares. Comprado por: Amalia Lacroze de Fortabat.

1998 “Susana y el viejo” (1931). Óleo y collage sobre tela, 72 x 115 cm. Vendido en subasta Christie’s a 300mil dólares. Comprado por: Eduardo Costantini.

1998 “Juanito Laguna dormido” (1972). Óleo y collage sobre madera, 140 x 100 cm. Vendido en subasta Christie’s a 184mil dólares. Comprado por: coleccionista privado argentino.

POR LAURA BATKIS