Mayo 2007 – Nº 144.
Hace dos años Daniela Luna abrió “Appetite”, una galería de arte en el barrio de San Telmo. Generó un entusiasmo instantáneo en todo un grupo de coleccionistas que apoyaron su proyecto juntando un público que entrecruza roles, profesiones y actividades diversas. Acaba de inaugurar el “Nuevo Appetite” un espacio de 400 metros cuadrados y en breve abre “Tanto Deseo”.
Arte al Día: ¿Cuándo se inauguró la galería Appetite?
Daniela Luna: En junio de 2005. La idea surgió cuatro años antes. Yo tenía en mente el nombre y una idea de hacer algo con el arte. Después fue tomando un formato de galería, que es el inicio de un proyecto más amplio.
AAD: ¿Cuál era la idea cuando abrió Appetite?
DL: Hacer una galería trabajando con artistas que no estuvieran tan desarrollados pero con un gran potencial a desarrollar, y darles esa oportunidad. Incentivarlos a que crecieran, que tomaran riesgos y que se involucraran mucho más con su obra.
AAD: ¿A usted le interesa trabajar desde la preproducción de la obra?
DL: Sí. Establezco una relación con los artistas, en la que nos elegimos mutuamente. Y los dejo que en este espacio puedan experimentar.
AAD: ¿Cómo se está ampliando el proyecto inicial?
DL: El “Nuevo Appetite” lo abrí en Chacabuco 551 el 15 de octubre del 2006. Mientras tanto, el sitio donde estaba antes la galería (Venezuela 638) se está remodelando para ser un espacio que se va a llamar “Tanto Deseo”. Es también una galería pero mezclada con objetos y otras cosas, todo relacionado con deseo la sensualidad y el erotismo.
AAD: Appetite se puso de moda muy rápidamente, ¿a que atribuye este suceso?
DL: Hay un entrecruzamiento de gente de todo tipo. Una de las prioridades de este proyecto es que no sea solamente para un sector exclusivo. Me interesa poder trabajar con gente del arte pero también con el caminante que pasa por la calle, turistas, gente del exterior, coleccionistas. Se trata de poder manejar todos los públicos, porque todo el mundo tiene cosas para relacionarse. Busco artistas que profundicen mucho en un mundo personal. En general es muy difícil que alguien entre a Appetite y que no le pase nada, una vez que vienen, empiezan a frecuentar el lugar. Varios de los coleccionistas conocidos han pasado por Appetite. Me interesa ese público pero también dar cabida con la gente que pasa, mira por la vidriera y entra. Aunque no compren nada, es un público que a los artistas les sirve para recibir opiniones que no vengan siempre del mismo circuito.
AAD: De lo cual se desprende que usted provoca el encuentro entre el artista y la gente.
DL: Sí eso me encanta, ver la relación que se establece con la gente que no sabe que está frente a una obra de arte, se encuentra con algo y lo descoloca.
Porque con lo que ya está legitimado como artístico ocurre que el espectador va a verlo anticipándose en una respuesta ya formateada y entonces se pierde la espontaneidad. Esa espontaneidad la busco también en los artistas, cuando usan el espacio como si fuera propio. A veces ocurre que vienen y se ponen a jugar con cinta adhesiva y otro se lo sigue y van armando una especie de obra espontánea en el momento, y esas cosas después quedan.
AAD: ¿Sería una obra generada a partir de una improvisación?
DL: Sí, pasaba mucho en el Appetite de la calle Venezuela. Por ejemplo uno venía y colgaba una cáscara de banana en un cable y otro le enganchaba otra cosa y terminaba haciéndose siempre algo y lo que me interesaba era eso que al no estar tan definidos los límites, la gente también se sorprendía mucho más con cosas que no saben si son arte, si es obra que se vende o no. Que no sepan si algo es arte o una bolsa de basura. Me interesaba mucho hacerlo en un espacio como el de la calle Venezuela, más acotado. En este nuevo sitio en la calle Chacabuco se pueden generar más situaciones porque son 400 m².
AAD: ¿Es un proyecto empresarial?
DL: Sí, como una empresa, tengo todo planificado y proyectado. Ya sé lo que quiero que ocurra de acá a un año. A veces depende más de la suerte que uno puede tener, porque es difícil llevar a cabo algo así con el arte contemporáneo.
AAD: ¿Cómo se sustenta económicamente?
DL: Gran parte fue a partir de las ventas del año pasado. Tuve una estrategia de ventas que fueron muy buenas y conseguí juntar el dinero para poder invertir en todo esto. Por otro lado pedí un crédito para hacer las remodelaciones y ahora sigo basándome en las ventas hasta que haga otro proyecto.
AAD: ¿Cómo sigue el crecimiento de los 2 espacios?
DL: Abriendo un bar en “Nuevo Appetite”. Quiero que sea más una experiencia que una galería típica. Que la gente venga a ver una muestra pero que además puedan quedarse y discutir sobre lo que vieron con amigos y generar otra manera de vivir.
Perfil
Daniela Luna nació en 1977 en Buenos Aires. Estudió 3 años de Administración de Empresas en la UBA, cine en el CIEVyC. Practicó Kendo (arte marcial de combate), lo cual considera una experiencia que marcó su manera de encarar su vida personal y su empresa.
POR LAURA BATKIS