Escribiendo en la Web

Buenos Aires, Septiembre de 2007. Nº 42.

El debate intelectual más fuerte ya no arremete en diarios y revistas sino que las nuevas generaciones usan el fanzine electrónico del blog, my space y el fotolog. Laura Batkis comenta cómo es la crítica de arte en el nuevo milenio.

Noto con cierta nostalgia, pero con alegría de aires renovadores, que la crítica de arte cambia como cambió la generación y llegó el futuro y los años noventa son historia. Confieso que saber que nueva gente ocupa espacios es algo que cuesta digerir pero – como me dijo mi amigo Leo Estol- “convertite en aliada”. Entonces entré al blog de Anita (Mao y Lenin) y descubrí a una joven que según me dicen parece ser muy tímida.  La timidez y la fobia son dos rasgos que hoy se pueden sobrellevar bastante bien desde el espacio electrónico. Me acuerdo que cuando empecé a publicar me aterraba cuando alguien me decía “te leí” y más cuando yo bajaba línea y de pronto también alguien me decía “te leí” acerca de alguna disputa escrita meses atrás de cuya batalla ya ni me acordaba. Cuestiones del oficio, que al principio enfrentaba con un Rivotril. Con el tiempo, como en todo, adquirí entrenamiento. 

Cuando entré al blog de Anita, mi estupor fue tremendo al leer que opina que la crítica de arte de los noventa fue muy académica y universitaria, además de pegarnos algunos palazos a los que escribimos en aquella década (Batkis y García Navarro entre otros). Después me reí y confieso que estoy totalmente de acuerdo, y que además me volví una fan de su blog. Porque escribe con una espontaneidad y lucidez que es una bocanada de aire fresco y renovador. Si yo me volviera a leer (cosa que nunca hago), ¡la primera en aburrirme sería yo! Y es probable que en aquella época del Rojas, Pombo, Gumier Maier y demás, los críticos de arte hayamos tenido la necesidad de categorizar con marcos teóricos muy universitarios a algo tan inasible como el arte y la gestión de esos años. Donde arteBA no legitimaba, no se consumía la Art Now ni los movimientos de moda internacionales, cuando “globalización” era una palabra que no existía, como tampoco el fotolog, ni el blog, ni el deseo inmediato de ser mirado en el exterior. 

El mundo cambió. Y está bueno. El espacio de sociabilización y discusión es ahora la web, mientras los periódicos luchan por mantener el aura sagrado de la impresión en papel con suplementos culturales (adn La Nación, que compite con Ñ) y que junto con Radar no dejan espacio para la reflexión por el agotamiento. La cultura está de moda, y eso en un hecho. Pero ¿tanto? ¿Es necesario tragarse tres suplementos culturales cada fin de semana para estar al día con las pretensiones intelectuales? Confieso que leo Radar y la revista Negra y no tengo capacidad para absorber casi nada más (y La Mano, por supuesto). Appetite es ahora la galería de moda que suplanta tal vez el proyecto de espacio independiente que tuvieron sitios como Belleza y Felicidad y Sonoridad Amarilla. Pero con una modalidad diferente. Daniela Luna, su directora, quiere ser una empresaria y ocupar espacios en el exterior, abriendo en breve su sede en Nueva York. 

El panorama es muy diferente a ese tao intuitivo que lideraba Gumier Maier desde el Rojas. Anita, desde su blog arremete como tantos otros en ese estilo casi maníaco de escribir a diario y minuto a minuto cada gesto y movimiento en el arte. Los artistas de la generación 2000 no se despegan de la instantaneidad del msn, y cuando aparecen en el medio, se los reconoce por su palidez, con cierto tono grunge, trash y eterna adolescencia. Cero solemnidad. Me encanta esta nueva generación porque además son simpáticos y festivos como Dani Umpi. Alegría, alegría. Me gustó su show en la Trastienda con sus ondas de paz y amor, pero pensé también qué cambio tan gigante con Fito, Soda y todo mundo conocido antes de tres años atrás. 

Confieso que desde mi fotolog observo y contemplo esta irrupción de nuevos intelectuales e intérpretes del mundo actual. Celebro el cambio. Y fumando espero que dure más del minuto que tarda una cañita voladora en caer al suelo y que no decaiga este entusiasmo. Y brindo por un debate transgeneracional.  Y paro acá, porque desde el messenger me comenta Poxipics el envío a Porto Alegre, y sin moverme de mi silla me entero de todo lo que hay para ver. Como un delivery, hoy podés viajar y ver todo sin moverte de tu casa, porque llega la información. Absorta, asisto a la llegada de este nuevo milenio. 

POR LAURA BATKIS