Luis Parenti: el arte como un modo de vida

Octubre 2005 – Nº 129

Es arquitecto y trabaja en una empresa constructora. Hacia fines de los años ’80 se instaló en Buenos Aires, después de trabajar en el sur de la Argentina varios años. En el trayecto hacia su escritorio en pleno Bajo Retiro, empezó a entrar en galerías de arte. Y así, de a poco, se fue gestando su pasión por coleccionar, una actividad que comparte con Dominique Biquard, su mujer. Nos concedió una entrevista en su casa, donde vive rodeado de arte, con obras de Testa, Prior, Pierri, Becú, Schwartz, Pirozzi, Cambre, Cornejo, de Koenisberg, García Saenz, Félix Rodríguez, Hoffmann, Gómez Canle, Guerrieri, Mortarotti, Marjal, Fracchia, Laguna, Londaibere, Barilaro, Perrota, Vecino, Sandro Pereyra, De Loof, Sícoli, Scafatti, Boetling, Domínguez Nacif, Juan Martín Juárez, Duville, Eduardo Navarro y Leon, entre otros.

Arte al Día: Entrando a su casa hay un retrato de Florencia Braga Menéndez realizado por los Mondongo. ¿Por qué eligió esa obra?

Luis Parenti: Me gusta mucho la obra que hace Mondongo. Este cuadro forma parte de una muestra que hicieron con retratos de gente relacionada al mundo de las artes plásticas y el de Florencia es el que más se vinculaba con mi mujer y conmigo. Florencia es alguien a quien respeto mucho por sus conceptos y por la agudeza de su mirada.

AAD: Tanto Florencia como Fernanda se involucran con el artista de una manera afectiva, casi maternal.

LP: Sí, son parte del grupo de artistas. Hay mucho respeto entre ellas y se valoran entre sí. Tanto Belleza y Felicidad como la galería Braga Menéndez son centros que además de la venta de obra tienen algo en común: son una usina de pensamiento y producción.

AAD: En su colección predomina lo grotesco, lo figurativo y el expresionismo como estilo. Casi no hay obra conceptual. 

LP: Es cierto; me interesan obras donde se encuentre el concepto, si es que lo tiene, misteriosamente escondido.

AAD: ¿No se conmueve con una obra en la que predomina una idea o un proyecto? 

LP: Es como si debiera encontrar algún tipo de poesía entre el concepto y la manufactura de la obra.

AAD: ¿Cómo surgió el hábito del coleccionismo? 

LP: Soy arquitecto y trabajo en una empresa constructora. Probablemente el hecho de no haberme dedicado a la actividad creativa del proyecto arquitectónico me haya llevado a apasionarme por las artes visuales.

AAD: ¿De dónde viene su interés por el arte? 

LP: Mi abuelo -a quien no llegué a conocer- era florentino, se radicó en Buenos Aires en los años 20. Llevaba en su sangre, según me cuentan, la tradición artística de su ciudad, la que visitaba muy a menudo. Mi padre heredó un poco ese interés y mi madre estudió historia del arte. 

AAD: ¿Cómo fue el paso hacia el coleccionismo? 

LP: En el año ‘82 me casé y con Dominique –mi mujer- nos fuimos a vivir a Comodoro Rivadavia donde las expresiones artísticas no abundaban. Al volver a Buenos Aires me encontré, sin saberlo, con mi interés por la plástica. Nos mudamos a este edificio donde vivo, en Juncal y Esmeralda. Mi escritorio queda en el microcentro y en mi recorrido cotidiano al trabajo comencé a visitar las galerías de arte de la zona.

AAD: ¿Cómo conoció a Florencia?

LP: La conocí en ArteBa, un año en el que ella se presentaba con la galería Blanca en la sección de espacios alternativos que curaba Jorge López Anaya. Me cautivó su conocimiento y pasión por la plástica. Al poco tiempo abrió un nuevo espacio, “Braga Menéndez Schuster” donde íbamos con Dominique generalmente los sábados por la tarde. Se armaban reuniones con los artistas de la galería donde se polemizaba sobre temas de actualidad. 

AAD: Un gran cambio.

LP: Descubrimos un mundo que hasta entonces para mí no existía, por lo menos de manera conciente. 

AAD: Entonces generalmente conoce al artista y comparte una actividad social con él. 

LP: Sí; empecé a visitar los talleres de los distintos artistas y me encontré con múltiples universos poéticos desconocidos para mi hasta ese momento. 

AAD: ¿Cómo se organizan sus visitas a talleres de artistas? 

LP: Si el artista que me interesa está representado por una Galería voy con gente de esa Galería o con su permiso. Si no, arreglo directamente con él.

AAD: ¿Considera que su mundo cambió desde que comenzó a incursionar el ambiente artístico? 

LP: Sí, totalmente. La vida cotidiana termina quedando ahí nomás. Me relaciono afectivamente, lo hago con pasión y pienso que es una cosa para toda la vida. Además me interesa mucho lo que pasa en este momento y en este lugar. 

AAD:  Entonces también es una manera de estar siempre actualizado, porque lo externo va cambiando siempre. Como renovarse a través de la mirada de los artistas. 

LP: Tomo muy en cuenta sus puntos de vista y me causa mucho placer poder ayudarlos de alguna manera, me siento comprometido con ellos. 

AAD: Una cosa lleva a la otra y empieza a realizar gestión cultural

LP: Mi mujer dice que soy un “connector” y no un “collector”… De repente me encontré mágicamente colaborando con distintos emprendimientos entre artistas, galeristas, instituciones relacionadas al arte y empresas que sienten interés en vincularse con este mundo. En este momento estoy participando en Periférica, una feria en el Centro Cultural Borges que se realizará a fin de año con la participación de distintos centros culturales de Argentina y países vecinos.

AAD: En su colección hay bastantes artistas del interior del país, y otros poco conocidos. 

LP: Sí. Me da bronca cómo influye la moda en el coleccionismo. Igualmente uno se engancha también, pero lucha contra eso. O sea que lo que tenemos en casa es propio de lo que verdaderamente nos gusta. Por supuesto hay opiniones de terceros que respeto y atiendo.

AAD: ¿Le preocupa que el arte pueda ser una inversión económicamente redituable? 

LP: Me gustaría que las cosas mantengan su valor, pero no compro de ese modo. Además tampoco puedo gastar un montón de dinero en un cuadro. Lo que predomina es el placer de convivir con obras que me gustan.

POR LAURA BATKIS