Presencia argentina en la Bienal de Venecia – Entrevista con Adriana Rosenberg, curadora del envío argentino a la Bienal de Venecia

Abril de 2005 – N° 123.

Entre el 12 de junio y el 12 de noviembre tendrá lugar la 51 edición de la Bienal de Vencia. Este año la dirección artística de la exposición internacional estará compartida por las españolas María de Corral y Rosa Martínez.
La curadora del envío argentino es Adriana Rosenberg, quien seleccionó a Jorge Macchi para representar a nuestro país. Rosenberg fundó en 1982 junto con Jorge Romero Brest, con quien estudió y trabajó, la editorial Rosenberg-Rita, especializada en libros de crítica de arte contemporáneo. Entre 1989 y 1992 tuvo un espacio de arte dedicado a la difusión de artistas jóvenes. Actualmente es Presidente y Directora general de la Fundación Proa, cargo que ejerce desde la creación de la institución en 1994. En 2003 fue curadora del envío argentino a la Bienal del Mercosur en Porto Alegre.

Arte al Día: La Argentina no tiene un espacio propio en la Bienal de Venecia, ¿dónde se hace este año el envío argentino?

Adriana Rosenberg: Este año la Cancillería renta un espacio que se llama el Oratorio de San Filippo Neri, un lugar muy bien ubicado en Venecia, tomado por la Bienal como uno de los sitios de exhibición fuera de los Jardines. Son 140m2.

A.D: ¿Lo rentaron antes de convocarla?

A.R: En realidad todo fue como a la vez, porque no se sabía si estaba en el presupuesto de la Cancillería. Por otra parte se estaban discutiendo todos los proyectos en paralelo, dependía de cómo se iban desarrollando los proyectos. Todo se empezó a definir alrededor del 10 de enero.

A.D: ¿Usted había presentado un proyecto en la Cancillería?

A.R: Fue una charla, porque en realidad estaban haciendo entrevistas a gente. Me entrevistaron para ver qué haría yo en la Bienal.

A.D: ¿A usted se le ocurrió el espacio del Oratorio?

A.R: No, el Oratorio es algo que se consiguió por la Embajada Argentina en Roma, y por medio de Asuntos Culturales de la Cancillería.

A.D: ¿Por qué eligió a Jorge Macchi para representar a la Argentina?

A.R: Me jugué por una propuesta de artistas jóvenes un poco consagrados, en el sentido de que son mirados internacionalmente en este momento, como para darles un espaldarazo. La idea es respaldar la acción de jóvenes que puedan tener futuro, como fue con Leandro Erlich con su obra “La Pileta” (Bienal de Whitney, Nueva York) que a partir de allí se le abrió una carrera internacional importante. La idea también fue hacer un proyecto especial, y no una muestra de pintura o de obras, o sea, ir a llamar la atención, cosa que no es tan fácil.

A.D: Para que se detengan a mirar el pabellón argentino.

A.R: Exacto.

A.D: Va también el músico Edgardo Rudnitzky, ¿lo eligió usted?

A.R: No, Macchi presentó un proyecto de instalación visual y sonora donde invita a Edgardo Rudnitzky a trabajar con él. Ya habían trabajado juntos en otras ocasiones. Me pareció muy interesante que fuera también un músico porque el Oratorio entonces cobra sentido musicalmente.

A.D: ¿Cómo es el proyecto?

A.R: En el Oratorio hay un fresco barroco de 8×8 metros, pintado en el techo por un artista veneciano, con el tema de la Asunción de María a los cielos. Macchi toma la forma del fresco, y el tema de la Asunción y propone hacer una cama elástica siguiendo la forma del marco barroco que contiene el fresco.

A.D: ¿La gente puede intervenir saltando?

A.R: Sí, pero no es lo más importante que la gente salte, se entiende que es para saltar y poner a prueba la asunción. Si la gente lo usa o no, dependerá de si nos autoriza la Bienal de Venecia. Igual lo importante no es probarla porque en el momento que se ve uno se da cuenta, independientemente de la voluntad de probarla.

A.D: ¿Y la música?

A.R: El sonido de Edgardo Rudnitky es una obra para viola da gamba – un instrumento barroco- que va a ser registrado mientras un acróbata salta arriba de la cama elástica. O sea, la ejecución de la viola da gamba en vivo adentro del oratorio más los ruidos que hace el acróbata al saltar en la cama elástica. Ese registro de música se va a escuchar de manera permanente, de modo ambiental.

A.D: ¿Se va a pasar la filmación del registro sonoro?

A.R: No, pero en la inauguración habrá una performance con el acróbata y el ejecutante.

A.D: ¿Cómo será el catálogo?

A.R: Macchi está preparando un catálogo que es un libro de artista. Lo diseña él, con dibujos del proyecto, un CD de la música y todo el material que será una obra en sí misma.

A.D: ¿Este proyecto que me cuenta lo elaboraron juntos?

A.R: La idea de la cama elástica y la intervención de Rudnitzky fue de Macchi. Yo intervine más en la producción del catálogo, donde también colaboró Sergio Baur de la Cancillería. No queríamos hacer un catálogo para que la gente lo tire.

A.D: ¿Cómo es el esponsoreo de este evento?

A.R: Además de la Cancillería, que alquila el espacio, está ArteBA y aportes privados. El aporte privado es muy importante y es algo inédito, es increíble.

A.D: ¿Cómo se siente frente a este emprendimiento curatorial?

A.R: Estoy muy segura con la obra. Me parece una obra inteligente, sensible, impactante. Creo que la producción va a estar perfecta. Lo que sí me preocupa es la vorágine de estos eventos. Porque el espacio está fuera de los jardines de la Bienal, y los días clave en realidad son tres, del 9 al 12 de junio, cuando pasan los críticos y los jurados especiales. Y hay tanto para ver que me parece que vamos
a tener que hacer un trabajo previo de prensa para atraer al público.

A.D: Que se detengan a ver, que se acerquen.

A.R: Sí, creo que este año se juntan muchas voluntades para participar con lo privado y lo público. Se decidió económicamente, otros años ni siquiera estaba el espacio, había muchos otros problemas, y creo que el artista es muy bueno.

A.D: Macchi ya había sido seleccionado para estar en la Bienal por María de Corral una de las curadoras de la Bienal, ¿no pensó que entonces se le podía dar lugar a otro artista?

A.R: Que haya sido seleccionado por los curadores de la Bienal es muy importante. Esto es una política que se construye en las bienales. Es muy habitual que si los artistas son invitados internamente se los respalda.

A.D: Para potenciar el esfuerzo.

A.R: Para que sea mirado, ahí hay que ayudarlo. Si llama la atención adentro de los jardines de la Bienal, creo que irán al Oratorio a ver su obra.

A.D: ¿Hay más argentinos en la Bienal?

A.R: Sí, este año hay 4 argentinos en la Bienal de Venecia. Jorge Macchi invitado por María de Corral, en un espacio de 6 x 9mts donde va a hacer una instalación. Invitado por la misma curadora va Leandro Erlich; Sergio Vega, un artista argentino que vive en Miami, estará presente invitado por Rosa Martínez. Y Carolina Antich, una artista argentina que vive en Venecia, por un curador italiano que se llama Colombo, que es el director del Museo de Arte Moderno de Italia. La participación de Antich es como artista extranjero residente en Italia.

POR LAURA BATKIS